20 SUGERENCIAS PARA FOMENTAR EL PENSAMIENTO CRÍTICO EN LOS ESTUDIANTES.
PASOS PARA DESARROLLAR PENSAMIENTO CRÍTICO.
1. Preguntas, preguntas, preguntas.
Cuestionar adecuadamente es el núcleo del pensamiento crítico: se fomenta la curiosidad animando al alumnado a hacer preguntas. Integrar un flujo de preguntas durante una parte - importante - del desarrollo de la clase, en gran foro, es una estrategia clave. En Educación Primaria debemos enseñar a las niñas y a los niños a hacer preguntas que conduzcan al conocimiento, aprendizaje, compresión y comunicación, intentando reconducir las preguntas insuficientes o ineficaces en la dirección adecuada: haz tú preguntas de ejemplo o plantéales dudas para guiarlos en otra dirección.
2. Comience con una pregunta "provocadora", polémica...
Sobre todo, en la E.S.O.: plantea una cuestión polémica, llamativa, desafiante o, por el contrario, plantéala de un modo dogmático y anímales a romperla, clarificar y definit.
Por ejemplo: "¿Es la pobreza responsabilidad del individuo o es el resutado de factores externos?". Dentro de este ejemplo, hay muchos términos oscuros que necesitarían definición, como, por ejemplo, “individuo", "externos", "responsabilidad" y, obviamente, "pobreza". Intentar definirlos será un reto... El debate ya será un desafío.
3. Proporcionar apoyos para la conversación.
No dejes de apoyar las intervenciones con guías, tipo "estoy de acuerdo en esto" o "estoy en desacuerdo en esto"; también, "¿puedes aclarar lo que entiendes por ___?"
4. Modelar nuestras expectativas y/de acuerdo a sus intervenciones.
Haz demostraciones y ejemplos sobre cómo entrar en un debate, establecer diferencias, estructurar la intervención, cómo disertar, cómo hacer resúmenes analíticos y, también, cómo guardar las formas y el (mero y puro) civismo, diferenciando las personas de las ideas.
5. Controversias constructivas.
Los debates suelen formarse porque hay perspectivas diferentes en las aulas y, precisamente, suelen acabar en el caos más absoluto. Algunos/as docentes utilizan métodos como el "abogado del diablo", que consiste en darle una tarjeta en secreto antes del debate con los puntos de vista opuestos respecto a un tema polémico. No te olvides de recordarles que el desacuerdo no puede basarse en opiniones personales o sentimientos, sino que debe apoyarse en datos y en argumentos (y lo olvides tú, claro...).
6. Ayúdales a elegir los contenidos relevantes.
Y, en última instancia, en etapas elementales, escógelos tú: ¿Qué temas son relevantes y qué deben conocer para poder iniciar el debate? Saber hacer una buena selección de contenidos te facilitará las cosas realmente.
7-Debate socrático.
El debate socrático supone un verdadero desafío intelectual y el docente queda en un segundo plano, limitándose a la observación y, en todo caso, a la mediación (tus alumnos y alumnas son, como mucho, en el ¿mejor? de los casos, adolescentes)
8. Evaluación.
Evaluar el pensamiento crítico es muy complicado e, incluso, según algunas voces, innecesario (suponemos que se refieren a "calificar" y no tanto a "evaluar", pero no olvidemos que son dos cosas diferentes y no deberíamos mezclarlas). Necesitaríamos una ventana a sus procesos de pensamiento, que no tenemos. Los ensayos, los elenchos o los discursos pueden servirnos para observar las habilidades del alumnado y trazar una línea de progreso que, por tanto, nos da más bien una evaluación cualitativa y no tanto cuantitativa. Las metodologías deben ser variadas, así como las actividades: no dejes de programar pequeñas investigaciones y proyectos.
9. Estudiantes evaluándose mutuamente.
La verdad es que, dependiendo de los grupos, esto puede no ser nada recomendable; en esos casos, la autoevaluación - de nuevo, dependiendo del alumnado que tengamos - puede ser alternativa a una evaluación mutua, que podría arrojar valoraciones totalmente injustas. Si crees que es viable la evaluación mutua has de dividir en dos grupos la clase: el primer grupo debatirá, el segundo observará y evaluará. Facilítales una rúbrica para tal propósito.
10. Un paso atrás.
Puede ser difícil para ti soltar las riendas y dejar que los y las estudiantes dispongan de cuotas cada vez más altas de libertad; obviamente, no lo podrás (ni lo podrán) hacer de un día para otro, pero la incómoda autonomía también les dará nuevas direcciones de trabajo, más "relevantes" para ambas partes y, por ello, más fáciles de continuar.
11-Sorpréndete con todo, también con lo que parece normal.
Encuentra un nuevo sabor en las cosas conocidas, paladea aquello con lo que te encuentras, en lugar de apartarlo. Sorpréndete con la elección de tus palabras, con el modo en que los otros actúan, los argumentos que se dan. La normalidad es la manera de matar el pensamiento.
12-No pienses que todo es posible.
El “todo es posible” hace peligrar seriamente el pensamiento crítico por el camino de la indeterminación. Separa el trigo de la paja usando el sentido común y el principio de realidad, eso te ayudará a ver qué es necesario, posible o probable.
13-Reconoce tus propios límites.
Un ser humano no puede ser perfecto. La autoconciencia empieza por el reconocimiento de los propios límites, los de tu mente y los de tu cuerpo. La capacidad de examen crítico de los otros viene de la habilidad para examinarte críticamente a tí mismo. Aprende a identificar y a nombrar tus problemas y debilidades.
No temer la reacción de los otros.
Si quieres actuar sobre las palabras y los argumentos de los otros, estate preparado para encontrar su irritación y su resistencia. Al ser humano no les gusta enfrentarse a la realidad y a la verdad de lo que él es. No prestes demasiada atención a sus miedos y no temas molestar a tu interlocutor. El arte de pensar y cuestionar significa preferir la verdad por encima de la seguridad o la complacencia.
15-Sé paciente y aprende a escuchar.
Tener paciencia significa suspender los propios juicios y reacciones y concentrarse en lo que se da afuera. Aprende a ser un guerrero sabio: acomete un gesto sólo cuando sea necesario, cuando hayas observado suficientemente. Si te tomas el tiempo de escuchar y contemplar, muchos actos se harán innecesarios. La habilidad de responder de forma adecuada es tan importante como actuar de manera apropiada.
16-No permanezcas en la confusión.
Clarifica las palabras y los actos, los tuyos y los de tu interlocutor. Reduce al mínimo la cantidad de tus palabras y pide a los otros que lo hagan también. Esto permitirá distinguir entre lo esencial y lo accidental. Nombra las cosas en lugar de explicarlas, incluso cuando te mueva un deseo intenso de hablar. Usa la idea de Spinoza: la claridad es la verdad, la verdad es claridad.
17-Evita las trampas de la paranoia y de la ingenuidad.
Es importante sopesar las propias ideas y no caer en los extremos: ver problemas por todas partes nos lleva a sospechar de modo compulsivo, mientras que aceptarlo todo nos hace complacientes. Comprueba la pertinencia de tu juicio a través del descubrimiento de los supuestos y evidencias que subyacen.
18-Distingue lo subjetivo de lo objetivo.
Mira a ver si tus ideas y acciones se apoyan en tus sentimientos y percepciones o tienen algún fundamento objetivo. Para ello usa el sentido común y ten en cuenta el punto de vista de los otros. Esto te ayudará a distinguir si hay discrepancia entre tu opinión y lo que la realidad te dice.
19-Examina las palabras con criterios lógicos, de pertinencia y de coherencia.
Distingue él “no lo entiendo” del “no estoy de acuerdo” o incluso del “no me gusta”. Aprende a crear distancia entre tú y lo que es objeto de tu examen.
20-Cuestiónate a ti mismo y a otros.
Sustituye afirmaciones por preguntas para descubrir lo que la gente piensa. Cambia la percepción de lo que significa preguntar: no es tan sólo un medio de obtención de información, es una herramienta para hacer pensar.
TOMADO DE: ESPACIO PARA DOCENTES TIC -ACTIVOS DEL PROGRAMA ESCUELA 2.0 Directorio de recursos educativos catalogados por cursos y competencias, -ARTÍCULOS/BRENIFIER, OSCAR
CONSEJOS PARA DESARROLLAR EL PENSAMIENTO CRÍTICO.
Compilado por Profesor Humanidades, Reinaldo Valentín González González
DR EN EDUCACIÓN.